Cómo usar protector solar correctamente

Hay un sin fin de mitos acerca de cómo usar correctamente el protector solar: "el bloqueador solar sólo se tiene que aplicar sobre la piel cuando se va de vacaciones a la playa porque es cuando la piel está expuesta a un sol mucho más fuerte", "aplicar protección solar solo una vez al día será suficiente y mientras más capas uses mayor será la protección", "el factor de protección es solo un número que los fabricantes usan como estrategia de marketing para vender más unidades de producto". Y así, un largo etcétera. 

¡Todos falsos! Seguro has escuchado estos mitos y muchísimos más, pero la realidad es que el protector solar es un producto bastante benéfico para la salud de tu piel, y que por lo tanto debe ser usado de manera más consciente, como si de una medicina diaria se tratase.

Protección solar contra rayos UV, UVB y UVA 

La luz solar está compuesta de varios tipos de radiaciones que dañan nuestra piel: rayos UV, UVB y UVA, presentes en radiaciones infrarrojas y luz visible e invisible de alta energía, que en conjunto provocan que se formen radicales libres y el estrés oxidativo responsable del foto envejecimiento de la piel y daño al ADN celular.

Las radiaciones UVB y UVA inciden con distintos niveles de profundidad en las capas externas e internas de la piel, pero de cualquier manera ambas pueden provocar degeneraciones en menor o mayor medida. Las radiaciones UVB afectan las capas más superficiales donde podemos apreciar reacciones tales como quemaduras y alergias al sol, mientras que las radiaciones UVA afectan las capas más internas no visibles de la piel y hasta el código genético.

Cómo elegir la mejor protección solar según tu tipo de piel

Al elegir un protector solar tendrás que tomar en consideración qué tan sensible es tu piel y, con base en eso, elegir un Factor de Protección Solar (FPS) adecuado para ti. El FPS, no es más que un valor que calcula la media de tiempo al que tu piel puede estar expuesta al sol con el producto aplicado.

Por ejemplo, las pieles más claras se clasifican dentro del Fototipo I, pieles con capacidad de resistir exposición al sol sin quemadura alguna durante unos 10 minutos aproximadamente. Después de pasados esos 10 minutos, necesitan obligatoriamente protección solar.

Así pues, una crema con un factor de protección solar 30, multiplicará por 30 los 10 minutos iniciales que un fototipo de piel I podrá permanecer expuesto al sol sin quemadura. Es decir, 10 minutos multiplicados por un FPS 30, proporcionarán un rango de 300 minutos, iguales a 5 horas, como tiempo propicio de exposición al sol sin causar daño sobre la piel.

Y así sucesivamente para el resto de los cinco fototipos restantes, que van de menor a mayor capacidad de exposición sin protección, de acuerdo a la tonalidad que ya de por sí contiene la pigmentación natural de su piel:

Fototipo I y II

Pieles de Tonos Claros - Deben usar como mínimo FPS 50.

Fototipo III y IV

Pieles de Tonos Medios - Deben usar como mínimo FPS 30.

Fototipo V y VI

Pieles de Tonos Oscuros - Deben usar como mínimo FPS 20.

Pero no hay que fiarse. Ningún protector solar desarrollado por la ciencia hasta el momento es infalible, y la protección que brinda una crema o spray nunca es absoluta. Adicionalmente, la piel pierde producto en la medida en que se expone a factores físicos corporales o externos al cuerpo, como el agua, el roce y el sudor.

Por estas razones, lo idóneo y recomendable es que independientemente de tu fototipo, SIEMPRE optes por un FPS 50 aplicado cada dos horas sobre tu piel.

No obstante, si tienes dudas sobre cuál es tu fototipo de piel, lo mejor será que consultes a un dermatólogo para que puedas saber con exactitud qué es lo más conveniente para ti, pero en general lo más saludable sin duda será que todos utilicemos un bloqueador con FPS 50.

Otro punto importante, es que es mejor idea utilizar bloqueador en crema que en aerosol, pues en aerosol muchas veces no suele cubrir completamente las áreas en las que se está aplicando. 

Cómo usar protector solar correctamente 

Aprovechemos de desmontar otro de los mitos más repetidos y extendidos respecto a la manera correcta de usar protección solar: "a la hora de aplicar protector solar, debes hacerlo 20 ó 30 minutos antes de que te expongas a la luz solar directa, esto con el fin de que tu piel pueda absorber todas las sustancias que te protegerán de la radiación".

Puedes echar por tierra ahora mismo esta falsa idea infundada, ya que acabas de aprender que cada fototipo de piel es capaz de soportar una cuota mínima de tiempo al sol sin protección, y porque todo protector solar está diseñado para brindar bloqueo inmediato contra la radiación :D

Por otra parte, a diferencia de lo que solemos creer, ponerse el bloqueador una sola vez al día no es funcional, puesto que los compuestos dejan de tener efectividad con el tiempo, y además del factor oxidación, debes tomar en cuenta los factores físicos del entorno en donde lo estés usando. Como ya mencionábamos, pero es importante reafirmar, lo más recomendable es que te apliques cada dos horas una nueva capa de protector sobre la piel. 

¿Dónde aplicarlo? Es simple: distribúyelo en todas las partes que vayan a estar expuestas al sol. Un error muy común es olvidar partes pequeñas como párpados, orejas, labios, y cuello. ¡Oh, el cuello! una de las partes del cuerpo más olvidadas, pero debemos recordar que todo es piel y merece el mismo cuidado.

Y por supuesto, en situaciones en las que estás sudando mucho o te sumerges en el agua, es mejor que reapliques el producto tan rápido como sea posible, para que te mantengas protegido y sin preocupaciones.

Proteger tu piel es cuidar de ti

El último tip que podemos darte es que uses el sentido común. Nada más valioso que observes cómo se está comportando tu piel durante todo tu día de playa, para poder atenderla como se merece. Tu piel es única e irrepetible, y eres la única persona que puede tener el orgullo de llevarla ;) Tu relación con ella como tu relación con el sol, es una amistad larga y duradera que solo tú tienes el poder de cultivar.